ESTOY DESANIMADO
Mateo 7:21-28
No
podemos mentir, al ser cristianos no nos libra de que en algún momento de
nuestra vida llega el desánimo, esas ganas de dejar las cosas de Dios aun lado,
y puede suceder por las enfermedades, falta de oportunidades, problemas
familiares, consecuencias de mis errores, ataques personales, etc.
El
desánimo puede ser como las olas del mar que vienen y se van, un día estas
animado y otro día no tanto, esto por las circunstancias que vivimos y es algo
que no debe sorprendernos, ya que, como seres humanos, somos emocionales. La pregunta es ¿Qué hacer cuando el desánimo llegue a nuestra
vida?
Personalmente,
me reconforta mucho las palabras que Dios le dijo a Josué, "Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9). Se que Dios no hace acepción de
personas, sé que Dios también está con nosotros.
Dios sabía que Josué iba a
afrontar dificultades, y no quería que su siervo se desanimara. Así sucede con
nosotros, libraremos nuestras propias batallas. Dice el Salmo 27:14 (NBLA),
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera
al Señor.
Entender que las situaciones
que vivimos no van a ser para siempre, es decir, en los momentos de dificultad,
tener paciencia, esperar la respuesta de Dios y cuando nos dice que seamos
valientes, es que son inevitables los problemas, pero no debemos dejarnos
vencer por ellos, recordar que Dios está con nosotros. Salmo
42:5 ¿Por qué tengo que estar tan angustiado y sufrir tanto? Confía en Dios. Volveré
alabarlo por haberme salvado.
Cuando nuestro Señor
Jesucristo estuvo con los apóstoles, les enseño que así estuvieran con Él,
vendrían problemas, pero si estaban con Él serian vencedores. Mateo 7:24-27. Cualquiera,
pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente,
que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba
fundada sobre la roca.
Nosotros no somos la
excepción, tendremos dificultades, eso conlleva a desanimar, pero si estamos
con Jesucristo, nada nos podrá derrumbar, seamos valientes, y esperemos la
respuesta del Señor.
No olvidemos la oración, ¿Sufre
alguno entre vosotros? Que haga oración, Santiago 5:13. Normalmente cuando se
siente uno desanimado la oración es lo primero que olvidamos. Al orar recordemos que hablamos con Dios, y
como hijos suyos él nos escucha. Esta es la confianza que tenemos al acercarnos
a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye, 1 Juan 5:14.
Sigamos perseverando para
alcanzar la promesa anhelada, la salvación eterna. Apocalipsis 21:4, Él
enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni
clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
La clave para vencer el
desánimo es recordar las promesas de Dios.