TÍTULO: "LA ESPERANZA EN MI REDENTOR VIVO"

                                        



Texto base: Job 19:25 (Reina-Valera 1960)

 

"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo."

 

Introducción:

 

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos con gozo y expectación para reflexionar sobre la poderosa declaración de Job: "Yo sé que mi Redentor vive". Este pasaje se encuentra en medio de un relato lleno de dolor y sufrimiento, donde Job enfrenta pérdidas devastadoras y es asolado por enfermedades. Sin embargo, en medio de su aflicción, Job nos deja una poderosa afirmación de fe que resuena a lo largo de los siglos.

 

Contexto de Job 19:25:

 

Job, un hombre justo y temeroso de Dios, se enfrenta a pruebas inimaginables. Sus amigos, familiares, conocidos (Job 19:13) lo han abandonado, su salud está deteriorada, y la confusión y el dolor lo envuelven. En medio de sus lamentos, Job expresa su confianza en que tiene un Redentor vivo, uno que no está lejos ni es indiferente a su sufrimiento.

 

Explicación:

 

Redentor Viviente: La palabra "Redentor" sugiere la idea de alguien que libera, rescata y restituye. Pero Job no solo habla de un Redentor cualquiera, sino de uno que está vivo. En Cristo Jesús, vemos cumplida esta promesa de un Redentor vivo que ha vencido la muerte y está presente en nuestras vidas hoy.

 

Esperanza en Medio de la Aflicción: Aunque Job está inmerso en el sufrimiento, su fe no se desvanece. La esperanza de un Redentor vivo es su ancla en medio de la tormenta. En nuestras pruebas, también podemos encontrar consuelo y fortaleza en la promesa de que nuestro Redentor vive.

 

Aplicación a la Actualidad:

 

En Tiempos de Crisis: La certeza de un Redentor vivo nos brinda consuelo en momentos de crisis. Ya sea la pérdida de un ser querido, problemas familiares, preocupaciones, aflicciones, problemas financieros o problemas de salud, podemos aferrarnos a la esperanza de que Dios está con nosotros.

 

Relación Personal con Cristo: Job no solo conocía de su Redentor, sino que lo conocía personalmente. En nuestra vida diaria, es fundamental cultivar una relación íntima con Cristo, buscando Su guía y consuelo en todo momento, esto se logra a través de la palabra de Dios, de la comunión entre los hermanos de la fe, por medio de la oración.

 

Reflexión Final:

 

Hermanos y hermanas, al reflexionar sobre la declaración de Job, recordemos que nuestra esperanza no se basa en circunstancias favorables, sino en un Redentor vivo que trasciende cualquier situación. Que este conocimiento nos inspire a vivir con fe, valentía y confianza, sabiendo que aquel que nos redimió sigue siendo nuestro Salvador hoy y siempre. ¡Que la paz del Redentor vivo llene nuestros corazones y nos guíe en cada paso de nuestra jornada! Amén.

 

En conclusión, la declaración poderosa de Job, "Yo sé que mi Redentor vive", resuena como un eco eterno que atraviesa el tiempo y llega hasta nosotros. A través de las pruebas y tribulaciones de la vida, la verdad inmutable de que tenemos un Redentor vivo nos sostiene y nos llena de esperanza.

 

En nuestro andar diario, recordemos que nuestra fe no se basa en la ausencia de problemas, sino en la presencia constante de nuestro Redentor. En medio de las tormentas, en los momentos de confusión y dolor, podemos aferrarnos a la promesa de un Salvador que vive, que nos ama incondicionalmente y que está siempre dispuesto a guiarnos y sostenernos.

 

Nuestra comunión con Cristo es la clave para comprender la profundidad de esta verdad. Al conocer a nuestro Redentor, encontramos consuelo, dirección y fortaleza. Que esta convicción nos impulse a vivir con valentía, confianza y gratitud, sabiendo que, como hijos redimidos, tenemos la seguridad de que nuestro Redentor vive y está obrando en cada detalle de nuestras vidas. ¿Cómo conocemos a nuestro Redentor? A través del estudio de su palabra.

 

Que esta verdad transformadora nos inspire a compartir la esperanza que encontramos en nuestro Redentor vivo con aquellos que nos rodean. Que, al enfrentar los desafíos de la vida, podamos ser testigos vivos de la fidelidad y el amor eterno de nuestro Redentor. Que la paz que sobrepasa todo entendimiento llene nuestros corazones, recordándonos que, en Cristo Jesús, tenemos la victoria sobre todas las adversidades. Amén.

 

 

Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.

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