TÍTULO: APRENDIENDO A SUFRIR EL AGRAVIO: LECCIONES DE LA BIBLIA Y EJEMPLOS DE VIDA
Introducción:
En el trasfondo de las
enseñanzas bíblicas, específicamente en 1 Corintios 6.5-8, encontramos un
llamado a la reflexión sobre cómo manejamos las disputas y agravios entre
nosotros. Este pasaje nos invita a considerar la posibilidad de soportar las
injusticias en lugar de buscar venganza. Este artículo explorará esta
perspectiva, tomando ejemplos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Pleitos entre Hermanos:
La iglesia de Corinto, ( 1
Corintios 1:1) a la que el apóstol Pablo
dirige estas palabras, no estaba exenta de conflictos internos entre los
creyentes. Más allá de las diferencias doctrinales y los pecados personales,
sorprendentemente, había pleitos y litigios entre los hermanos. Pablo destaca la
gravedad de esta situación y se pregunta por qué no pueden soportar las
injusticias y las pérdidas en lugar de llevar sus problemas ante las
autoridades seculares.
El Ejemplo de Moisés:
El artículo señala el caso de
Moisés, un líder respetado, pero también criticado por su propia familia. A
pesar de las murmuraciones en su contra, Moisés demostró una mansedumbre
excepcional. En lugar de responder con rencor o buscar venganza, confió en Dios
y puso por delante la gloria divina y su obra sobre sus propios intereses.
La Enseñanza y el Ejemplo de
Jesús:
Se explora la enseñanza de
Jesús sobre el perdón y la actitud hacia los agravios. Jesús no solo enseñó el
perdón, sino que también lo demostró en su propia vida, siendo crucificado
injustamente sin proferir amenazas ni maldiciones. Este mandato desafiante de
amar a los enemigos y bendecir a quienes nos maldicen se presenta como un
camino sobrenatural pero transformador.
La Justicia de Dios:
El artículo aborda la
importancia de confiar en la justicia divina y la disciplina de Dios en lugar
de buscar venganza personal. Se destaca la necesidad de sufrir el agravio sin
permitir que cause un daño duradero en nuestras vidas y, en cambio, confiar en
que Dios hará justicia en su tiempo y manera.
Conclusión:
En última instancia, aprender
a sufrir el agravio implica una transformación interna que nos lleva a reflejar
el amor y la paciencia divina. Al seguir los ejemplos de Moisés y Jesús,
podemos encontrar la fortaleza para perdonar, dejar ir las ofensas y confiar en
la justicia de Dios. Este enfoque no solo promueve la paz personal, sino que
también refleja la naturaleza de aquel a quien seguimos.
Presentado por José Fernando Pava
Romero, es miembro de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja,
Colombia.
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