LA TRAMPA DEL ORGULLO: UNA REFLEXIÓN DESDE PROVERBIOS 21:4
Introducción
El libro de Proverbios nos
advierte sobre la peligrosa trampa del orgullo. En Proverbios 21:4 se nos
revela que aquel que se comporta altivamente, burlándose de Dios y de los demás
mientras trama el mal, es verdaderamente un hombre malvado. El orgullo,
condenado en las Escrituras, ha causado estragos en la obra del Señor y es un
pecado que debemos abandonar si deseamos agradar a Dios. Este artículo explora
la naturaleza del orgullo, su condena en las Escrituras y la imperativa
necesidad de que los cristianos eviten caer en esta trampa destructiva.
I. El Orgullo: Un Pecado
Condenado
A. Las Escrituras, en
Proverbios 6:16-17, nos presentan una lista de cosas que Dios odia. Entre
ellas, encontramos "los ojos altivos", que denotan orgullo o
autosuficiencia. Este tipo de orgullo lleva a sobrevalorarse a uno mismo y
menospreciar a los demás, siendo una abominación a los ojos de Dios (Proverbios
16:5).
B. Dios no tolera a aquellos
de ojos altivos, como se indica en Salmos 101:51 y en 1 Samuel 2:3. Incluso el
rey Uzías experimentó la destrucción a causa de su orgullo, muriendo leproso
según relata II Crónicas 26:16.
C. El orgullo es
característico de falsos maestros, impíos y, notablemente, de Satanás mismo,
cuya caída se atribuye a su orgullo y rebelión (1 Timoteo 6:3-4, Habacuc 2:4, 2
Pedro 2:4).
II. El Orgullo Conduce a la
Ira y los Pleitos
A. Proverbios 21:24, 28:25 y
Jeremías 49:16 nos advierten que el orgullo lleva a la ira, pleitos con otros y
al autoengaño. Los frutos del orgullo incluyen la vergüenza, la degradación y
el castigo (Proverbios 11:2, 29:23, Sofonías 2:10-11, Proverbios 18:12).
B. Cuanto más alto se eleva el
altivo, mayor es la caída que sufre. Dios, en su justicia, abate a aquellos que
intentan elevarse por encima de otros (Proverbios 15:25).
III. Los Cristianos Deben
Evitar el Orgullo
A. Los cristianos son llamados
a evitar el orgullo, ya que Dios resiste al soberbio (Santiago 4:6, 1 Pedro
5:5). La resistencia de Dios contra el orgullo implica una batalla, y la
palabra "resiste" en este contexto tiene raíces militares, sugiriendo
una disposición en formación de batalla contra los soberbios.
B. El favor de Dios se otorga
a los humildes, mientras que los altivos se encuentran a distancia de Dios, sin
disfrutar de la comunión con Él (Salmos 138:6).
Conclusión
En conclusión, el orgullo es
un pecado condenado por la Biblia, y los cristianos deben esforzarse por evitar
caer en esta trampa. El orgullo, característico de falsos maestros, impíos,
Satanás y los que aman al mundo, trae consigo vergüenza, degradación y castigo.
Dios resiste al soberbio, y la resistencia implica una batalla espiritual. La
humildad, en cambio, es la virtud que atrae el favor divino y la comunión con
Dios. Que este recordatorio nos impulse a cultivar la humildad y rechazar el
orgullo en nuestras vidas cristianas.
Presentado
por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo
que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.
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