NO SER CONTENCIOSOS: CONTENDIENDO POR LA FE CON AMOR Y RESPETO
Introducción:
En el corazón de la fe
cristiana se encuentra el llamado a vivir de acuerdo con los principios de
amor, humildad y unidad. Aunque la contienda por la fe es un aspecto esencial
de la vida cristiana, la Biblia también advierte contra la contenciosidad,
instando a los creyentes a abordar las diferencias con amor y respeto.
Exploraremos cómo la Escritura nos guía en la contienda por la fe sin caer en
la contenciosidad.
I. La Contienda por la Fe:
A. La Biblia nos insta a
contender por la fe (Judas 1:3). La defensa y afirmación de las verdades
fundamentales de la fe son esenciales para la integridad y el crecimiento del
pueblo de Dios.
B. La contienda por la fe
implica resistir falsas enseñanzas y defender la verdad revelada en la Palabra
de Dios (1 Timoteo 6:12; Tito 1:9).
C. Pablo nos anima a pelear la
buena batalla de la fe, manteniendo la firmeza en la verdad mientras evitamos
la contenciosidad (2 Timoteo 2:23-26).
II. Advertencias Contra la
Contenciosidad:
A. La contenciosidad se opone
al espíritu cristiano de amor y unidad (Gálatas 5:22-23; 1 Corintios 1:10).
B. La sabiduría que viene de
lo alto es pacífica y sin contiendas (Santiago 3:17). La contenciosidad, en
cambio, proviene de motivaciones terrenales y carnales.
C. La contenciosidad puede
surgir de la arrogancia y la vanagloria, contradiciendo el ejemplo de humildad
establecido por nuestro Señor Jesús (Filipenses 2:3-4).
III. Contendiendo con Amor y
Respeto:
A. Contender por la fe no
implica menospreciar a aquellos con quienes diferimos (1 Pedro 3:15). Debemos
estar preparados para defender nuestras creencias con mansedumbre y reverencia.
B. El fruto del Espíritu, que
incluye el amor, la paciencia y la bondad, debe caracterizar nuestra actitud en
la contienda por la fe (Gálatas 5:22-23).
C. Nuestro Señor Jesús nos
enseña a amar incluso a aquellos que puedan oponerse a nosotros, mostrando así
la esencia del amor cristiano (Mateo 5:44-45). Aunque esto no quiere decir que
aprobemos su enseñanza.
Conclusión:
La contienda por la fe es
parte integral de la vida en Cristo, pero la contenciosidad no tiene cabida en
el corazón del creyente. Al seguir el llamado bíblico de contender por la fe,
debemos hacerlo con amor, respeto y humildad. Recordemos que el objetivo es
preservar la verdad y edificar el cuerpo de Cristo, manteniendo siempre la
unidad que proviene del Espíritu y el amor que emana del corazón de Dios. Que
nuestra contienda sea siempre guiada por la luz del Evangelio y refleje la
gracia transformadora de Cristo en nosotros.
Presentado por José Fernando Pava
Romero, es miembro de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja,
Colombia.
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