"LA ENVIDIA: IDENTIFICANDO SU NATURALEZA Y SUPERÁNDOLA CON LA AYUDA DE DIOS"
“sentimiento
de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener
para sí sola algo que otra posee”.
¿Eres envidioso?
Introducción:
Queridos hermanos y hermanas,
la envidia es un sentimiento destructivo que puede arruinar nuestras vidas y
nuestras relaciones. Es importante reconocer su presencia en nuestras vidas y
aprender a superarla a través de la gracia de Dios. En esta reflexión,
exploraremos qué es la envidia, cómo se manifiesta y cómo podemos superarla con
la ayuda de Dios.
La naturaleza de la envidia:
La envidia se manifiesta
cuando sentimos tristeza o resentimiento por el éxito, las bendiciones o las
posesiones de otros. Es un sentimiento que surge de un corazón insatisfecho y
egoísta. La envidia nos consume y nos impide disfrutar de nuestras propias
bendiciones y reconocer la bondad de Dios en nuestras vidas. Además, la envidia
puede llevarnos a la crítica, la competencia desleal y el deseo de perjudicar a
otros para obtener lo que ellos tienen.
Los peligros de la envidia:
La envidia es peligrosa porque
corrompe nuestro corazón y nuestra relación con Dios y con los demás.
Proverbios 14:30 nos dice: "El corazón apacible es vida de la carne; más
la envidia es carcoma de los huesos". La envidia nos roba la paz interior
y nos consume emocionalmente. Además, la envidia puede destruir nuestras
relaciones y generar amargura y resentimiento. Es esencial reconocer los
peligros de la envidia y su impacto negativo en nuestra vida espiritual y
emocional.
Superando la envidia:
a) Practicar la gratitud: La
gratitud es un antídoto poderoso contra la envidia. En lugar de enfocarnos en
lo que otros tienen, debemos aprender a apreciar y agradecer por nuestras
propias bendiciones. Cultivar un espíritu de gratitud nos ayuda a reconocer la
fidelidad y generosidad de Dios en nuestras vidas.
b) Renovar nuestra mente: La
envidia es un problema del corazón y la mente. Necesitamos renovar nuestra
mente con la Palabra de Dios y dejar que la verdad divina transforme nuestros
pensamientos. Romanos 12:2 nos insta: "No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento". Al
llenarnos de la verdad de Dios, podemos superar los pensamientos y sentimientos
envidiosos.
Del antiguo testamento
aprendemos algo muy importante, el mandamiento de no envidiar: Aprendiendo a
vivir en gratitud (Éxodo 20:17) Dios, en su sabiduría, enseño no envidiar en
los Diez Mandamientos. Éxodo 20:17 nos enseña: "No codiciarás la casa de
tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada,
ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo". Este mandamiento
nos desafía a vivir en gratitud por lo que Dios nos ha dado, en lugar de
anhelar lo que otros tienen. Nos llama a enfocarnos en la provisión de Dios en
nuestras vidas y a confiar en su plan perfecto para nosotros.
c) Amar y bendecir a los
demás: En lugar de sentir envidia, debemos aprender a amar y bendecir a
aquellos que tienen más que nosotros. La Palabra de Dios nos anima a amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos y a bendecir a aquellos que nos
persiguen. Al ejercer el amor y la generosidad hacia los demás, podemos superar
la envidia y cultivar una actitud de alegría y contentamiento.
Conclusión:
Hermanos y hermanas, la
envidia es un obstáculo en nuestra vida espiritual y emocional. Pero en Cristo,
tenemos el poder para superarla. Al practicar la gratitud, renovar nuestra
mente en la Palabra de Dios y amar y bendecir a los demás.
Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro
de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.
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