MI DON AL SERVICIO DE DIOS

 


Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos en este lugar para reflexionar sobre un pasaje de la Palabra de Dios. En esta ocasión, vamos a explorar Romanos 12:4-10 y extraer lecciones prácticas para nuestras vidas. Permitan que la luz de la Escritura ilumine nuestro entendimiento y nos guíe en nuestro caminar con el Señor.

 

El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, escribió estas palabras a la iglesia en Roma, y hoy, siglos después, siguen siendo relevantes para cada uno de nosotros. Veamos detenidamente el pasaje:

 

"Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros".

 

Este pasaje nos presenta una metáfora poderosa: la iglesia como un cuerpo, y cada creyente como un miembro de ese cuerpo. Así como nuestro cuerpo tiene diferentes partes con funciones específicas, cada creyente tiene un papel dentro de la comunidad de hermanos. Pero ¿cuál es el propósito de esta diversidad de dones y funciones? ¿Cómo se aplica esto a nuestras vidas diarias?

En primer lugar, somos llamados a reconocer que nuestras habilidades y dones provienen de la gracia de Dios. No debemos enorgullecernos de nuestras habilidades, sino más bien dar gracias a Dios por ellas y usarlas para su gloria. El pasaje menciona diferentes dones, como la profecía, el servicio, la enseñanza, la exhortación, la distribución generosa, la administración y la misericordia. Estos dones no son exhaustivos, pero nos dan una idea de la variedad de formas en que Dios nos ha capacitado.

 

El pasaje menciona el don del servicio. Hay personas dotadas de un espíritu de servicio y están dispuestas a ayudar a otros en las tareas prácticas. Piensa en aquellos que están siempre dispuestos a dar una mano, a servir en actividades de servicio en la congregación, organizar, brindar lo que saben hacer, a cuidar de aquellos que lo necesitan. Estos individuos ejemplifican el amor y la generosidad de Cristo en su dedicación a los demás.

1.   Dorcas (Tabita) sirviendo a los necesitados: En Hechos 9:36-42, conocemos a Dorcas, una mujer piadosa y llena de buenas obras. Ella era conocida por su generosidad y servicio a los necesitados. Dorcas hacía túnicas y prendas de vestir para las viudas necesitadas. Cuando Dorcas falleció, los discípulos la extrañaron tanto que llamaron a Pedro, quien oró por ella y la resucitó. Este relato destaca cómo el servicio a los demás puede tener un impacto duradero y cómo nuestras acciones pueden ser una fuente de bendición y aliento para aquellos a quienes servimos.

La enseñanza es otro don importante mencionado en el pasaje. Hay personas dotadas de la capacidad de comunicar eficazmente la Palabra de Dios y ayudar a otros a crecer en su fe. Si tienes este don, aprovecha las oportunidades para enseñar y compartir tus conocimientos bíblicos, ya sea a través de estudios bíblicos, o predicación. Tu labor puede marcar una diferencia significativa en la vida espiritual de aquellos a quienes enseñas.

Además, hay aquellos que tienen el don de la exhortación, la capacidad de animar y estimular a otros en su caminar con Cristo. Estas personas son como alentadores espirituales, dispuestos a fortalecer y consolar a aquellos que atraviesan momentos difíciles. Sus palabras y acciones pueden ser un bálsamo sanador para los corazones heridos.

Asimismo, encontramos el don de la distribución generosa, aquellos que tienen una disposición natural para compartir sus recursos con los necesitados. Estas personas muestran una actitud de generosidad y compasión, y su ejemplo nos desafía a ser más desprendidos y solidarios con aquellos que están pasando por dificultades.

 

El pasaje también menciona el don de la administración, aquellos que tienen habilidades para guiar y organizar. Estas personas pueden coordinar y dirigir los esfuerzos de la iglesia de manera efectiva, asegurándose de que todo funcione de manera armoniosa y en orden. Su labor es esencial para el buen funcionamiento de la comunidad de fe.

Se menciona el don de la misericordia, la capacidad de mostrar compasión y cuidado hacia aquellos que están sufriendo. Aquellos que tienen este don se sienten llamados a ayudar a los enfermos, a los necesitados y a los marginados. Su amor práctico y su empatía pueden hacer "El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros".

Por último, estos versículos nos presentan un llamado claro a vivir en amor genuino y auténtico. El apóstol Pablo nos exhorta a tener un amor sin fingimiento, es decir, un amor sincero y verdadero. No debemos mostrar una actitud hipócrita o superficial hacia los demás, sino que nuestro amor debe ser auténtico y genuino.

Además, el pasaje nos anima a aborrecer lo malo y a seguir lo bueno. Esto significa que debemos tener una aversión hacia el mal y todo lo que es contrario a la voluntad de Dios. Al mismo tiempo, debemos buscar y perseguir lo que es bueno, lo que es justo y lo que agrada a Dios en todas nuestras acciones y decisiones.

El siguiente mandamiento es "amaos los unos a los otros con amor fraternal". Aquí, Pablo nos llama a tener un amor especial hacia nuestros hermanos y hermanas en la fe. Este amor fraternal va más allá de lo superficial y nos insta a tener una conexión profunda y comprometida con nuestros hermanos creyentes, compartir momentos. Debemos cultivar una actitud de afecto, cuidado y apoyo mutuo en la comunidad de fe.

Además, Pablo nos dice que debemos "prefiriéndonos los unos a los otros en cuanto a honra". Esto implica que debemos tener una actitud humilde y considerada hacia los demás. En lugar de buscar nuestra propia exaltación y reconocimiento, debemos estar dispuestos a honrar y valorar a los demás por encima de nosotros mismos. Este principio nos desafía a renunciar al orgullo y a buscar el bienestar y la dignidad de los demás antes que la nuestra propia.

una diferencia tangible en la vida de los demás.

Hermanos y hermanas, este pasaje nos muestra que todos somos importantes en el cuerpo de Cristo. No importa cuál sea nuestro don o función, todos tenemos un papel vital que desempeñar. Debemos valorar la diversidad de dones en nuestra congregación y aprender a trabajar juntos en armonía, reconociendo que solo cuando todos los miembros del cuerpo están funcionando correctamente, podemos alcanzar nuestro máximo potencial.

Al reflexionar sobre estos versículos, examinemos nuestras vidas y preguntémonos: ¿Cuál es mi don? ¿Cómo puedo usarlo para servir a Dios y a los demás? ¿Estoy dispuesto a trabajar en unidad y colaboración con otros miembros del cuerpo de Cristo?

Que el Espíritu Santo nos guíe y nos capacite para vivir en obediencia a estos principios bíblicos. Que seamos fieles administradores de los dones que Dios nos ha dado, para que podamos ser una bendición para nuestra congregación y para el mundo que nos rodea.

Oremos juntos y pidamos a Dios que nos revele nuestros dones, que nos dé sabiduría para usarlos correctamente y que nos conceda humildad y amor para trabajar en unidad en el cuerpo de Cristo. Amén.

 

Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.

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