TÍTULO: "LA GRACIA TRANSFORMADORA: REFLEXIONES DESDE 1 CORINTIOS 15:10" Y APLICADO A NOSOTROS.
Introducción
Preámbulo sobre la gracia.
Antes de entrar al tema de 1
Corintios 15:10, es importante recordar la palabra de Dios, nos enseña que el
evangelio de Cristo es llamado "el evangelio de la gracia de Dios"
(Hechos 20:24), porque el evangelio enseña la gracia de Dios, es decir, cómo su
gracia salva a los seres humanos. Tito
2:11-12, 11 Porque
la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos
que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la
esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo.
El ser humano no puede
salvarse por sus propias buenas obras que haya hecho, la única forma es por
medio de Cristo y su evangelio. Dice el apóstol Pablo, "Cuando se
manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia los hombres, nos
salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación del
Espíritu Santo" (Tito 3:4, 5).
La gracia de Dios es otorgada
al hombre a través del evangelio. Somos salvos por el evangelio, esto es cuando
lo obedecemos.
Según
Efesios 2:8, porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios. |
Según 1
Corintios 15:1, 2, Además os declaro, hermanos, el
evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el
cual también perseveráis; 2 por
el cual, asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos,
si no creísteis en vano. |
Romanos
5:2, por
quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza
de la gloria de Dios. |
|
La gracia es condicional. El hombre puede y
debe aceptar la gracia, obedeciendo al evangelio de Cristo. La salvación no
depende enteramente de Dios. Dios provee la salvación; el hombre
la acepta y obra.
En conclusión: Somos salvos
pues por la gracia por medio del evangelio cuando es obedecido.
Entendiendo sobre la gracia,
que es el evangelio, hoy nos encontramos aquí para explorar un pasaje inspirador
de las Escrituras, 1 Corintios 15:10, que nos invita a sumergirnos en la
maravillosa gracia de Dios. Esta carta del apóstol Pablo a la iglesia de
Corinto nos revela la profundidad de la transformación que la gracia divina
puede obrar en nuestras vidas. En este pasaje, Pablo comparte su propia
experiencia con la gracia y cómo influyó en su relación con Dios y su servicio
en el ministerio.
I. La Gracia que Transforma
El versículo 10 comienza con
una declaración poderosa de Pablo: "Pero por la gracia de Dios soy lo que
soy". Aquí, Pablo reconoce que su identidad y su existencia tienen su raíz
en la gracia de Dios. La gracia no solo perdona nuestros pecados (cuando
obedecemos el evangelio), sino que también nos transforma desde adentro hacia
afuera. Pablo pasa de ser un perseguidor de los cristianos a un apóstol y
defensor apasionado del evangelio. Esto nos enseña que la gracia divina tiene
el poder de cambiar incluso las vidas más obstinadas y perdidas.
La palabra de Dios nos
transforma, esto se logra al meditar, estudiar y poner en práctica. La palabra
de Dios, nos enseña como ser salvos y mantener siendo salvos.
II. La Gracia que Capacita
Pablo continúa diciendo:
"y su gracia para conmigo no resultó en vano; antes bien he trabajado más
que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios conmigo". Aquí,
vemos cómo la gracia no solo transforma a Pablo, sino que también le capacita
para el servicio en el reino de Dios. La gracia no es una licencia para la
complacencia, sino un llamado a la acción. La obra de Dios en nuestras vidas no
es en vano, y la gracia nos impulsa a trabajar con pasión y dedicación en el
servicio del Señor.
No podemos desechar el
entendimiento que tenemos, debemos ponerlo al servicio de Dios, trabajar en la
obra. También aplica en poner en práctica lo que enseña Dios en su evangelio
(gracia).
III. La Colaboración entre la
Gracia y el Esfuerzo Humano
Pablo menciona que ha
trabajado "más que todos ellos", pero enfatiza que no es él solo
quien ha realizado esta obra. Es la "gracia de Dios conmigo" la que
ha sido la fuerza motriz detrás de sus esfuerzos. Esto nos revela una verdad
fundamental: la gracia y el esfuerzo humano no son antagónicos, sino complementarios.
La gracia nos empodera para actuar y nos guía en nuestro servicio, mientras que
nuestros esfuerzos reflejan una respuesta a esa gracia.
La gracia también es recibir
la ayuda de Dios, significa favor, Dice Génesis 39:20, 21, "El amo tomó
a José, y lo encarceló con los presos del rey. Y José quedó en la cárcel.
Pero el Señor estuvo con José, le extendió su bondad y le dio gracia en ojos
del jefe de la cárcel".
Conclusión
1 Corintios 15:10 es un
recordatorio conmovedor de que la gracia divina es la base de nuestra identidad
y propósito en Cristo. Nos transforma, nos capacita y nos llama a colaborar con
Dios en la obra de su reino. Como lo hizo con Pablo, la gracia de Dios puede
cambiar radicalmente nuestras vidas y utilizar incluso nuestras debilidades para
Su gloria.
Hoy, mientras reflexionamos
sobre este pasaje, recordemos que la gracia de Dios está disponible para cada
uno de nosotros. Al abrazar esa gracia y permitir que transforme nuestras
vidas, podemos vivir en la plenitud de la identidad que Dios nos ha dado y
servir con pasión y dedicación en Su obra. Que la historia de Pablo sea un
testimonio vivo de la gracia transformadora que todos podemos experimentar en
nuestras propias vidas.
Presentado por José Fernando
Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo que se reúne en
Barrancabermeja, Colombia.
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