TÍTULO: ANÁLISIS DE HECHOS 8:12-24 ¿IMPOSICIÓN DE MANOS PARA RECIBIR UN DON SOBRENATURAL? DISCERNIENDO EL CORAZÓN.
Introducción:
El libro de los Hechos de los
Apóstoles es un relato dinámico de los primeros días de la iglesia primitiva y
su expansión. En el capítulo 8, encontramos un pasaje intrigante que involucra
a un hombre llamado Simón y su encuentro con el Evangelio. Este pasaje, Hechos
8:12-24, nos ofrece valiosas lecciones sobre la sinceridad de la fe, el poder
del Espíritu Santo y la necesidad de un corazón verdaderamente transformado.
Versículo 12:
"Pero cuando creyeron a
Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de
Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres."
En este versículo, vemos que
Felipe, que estaba predicando las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre
de Jesucristo en Samaria. La respuesta fue sorprendente, fue aceptado el
evangelio: tanto hombres como mujeres creían y eran bautizados. Aquí se subraya
la importancia de la predicación del Evangelio y la respuesta de fe que
conlleva el bautismo.
Versículos 13-17:
"Y creyó también Simón
mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales
y milagros que se hacían, estaba asombrado. Cuando los apóstoles que estaban en
Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a
Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen
el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino
que solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les
imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo."
Aquí podemos observar algo impórtate,
y nos debemos preguntar ¿Qué recibieron los samaritanos? No fue el bautismo con
el Espíritu Santo, porque esta promesa fue solamente para los apóstoles (1:4,
5, 8; 2:1-4) y para Cornelio y su casa (10:45, 46; 11:15, 16). Además, el bautismo
en el Espíritu Santo no se recibió a través de la oración y la imposición de
manos (8:17).
No fue tampoco "el don
del Espíritu Santo" prometido el día de Pentecostés ("Arrepentíos, y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" 2:38), porque esta
bendición no vino a través de la oración y la imposición de manos. Recordemos
que cuando los samaritanos fueron bautizados, recibieron el don del Espíritu
Santo (2:38), porque esta bendición es para todos los que se arrepienten y se
bautizan para perdón de pecados. Cuando los samaritanos fueron bautizados
fueron salvos, porque "El que creyere y fuere bautizado será salvo"
(Marcos 16:16).
¿Qué recibieron los
samaritanos? En el contexto (8:14-17) se refiere al poder milagroso del
Espíritu Santo. Impartían dones espirituales. Leer Romanos 1:11; El apóstol Pablo
quería ir a Roma para impartirles algún don espiritual.
El contexto enseña que Felipe
podía hacer milagros, pero no podía impartir este poder a otros. Solamente los
apóstoles podían impartir este poder a otros (19:6; Romanos 1:11; 2 Timoteo
1:6). Al morir los apóstoles los dones cesaron. Hoy en día no aplica, ya
cesaron.
Simón, al igual que otros
samaritanos, creyó y fue bautizado. Sin embargo, su interés en los milagros y
señales realizados por Felipe reveló un motivo menos genuino.
Pedro y Juan vienen desde
Jerusalén a samaria para que los creyentes samaritanos recibieran el Espíritu
Santo.
Versículos 18-24:
"Cuando vio Simón que por
la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les
ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a
quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo:
Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con
dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es
recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios,
si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de
amargura y en prisión de maldad veo que estás. Respondiendo entonces Simón,
dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho
venga sobre mí."
Estos versículos nos revelan
el corazón de Simón. Al ver que el Espíritu Santo era impartido por la
imposición de manos de los apóstoles, intentó comprar este poder. Pedro
confronta su motivación y le advierte sobre su actitud errónea. Simón es
exhortado al arrepentimiento y a buscar la misericordia de Dios. Aquí se
resalta la importancia de la autenticidad en la búsqueda de Dios y la necesidad
de un corazón sincero.
Conclusión:
El pasaje de Hechos 8:12-24
nos recuerda que la imposición de las manos de los apóstoles eran necesarias para
recibir dones (poder) sobrenaturales, además la importancia de un corazón
sincero y genuino en nuestra búsqueda de Dios. La historia de Simón nos
advierte contra los motivos equivocados, por razones egoístas. Este relato nos
desafía a examinar nuestros corazones y asegurarnos de que nuestra fe y
búsqueda de Dios sean sinceras y llenas de humildad.
PRESENTADO
POR JOSE FERNANDO PAVA ROMERO
MIEMBRO
DE LA IGLESIA DE CRISTO EN BARRANCABERMEJA
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