LA LLAMA SE FUE APAGANDO
Cuando
nosotros nacemos, la biblia enseña que no nacemos con pecado, pero el mundo si
esta corrompido. Desde la crianza de nuestros hijos ponemos cargas sobre ellos,
es decir, por nuestra forma de hablar, por abusos. Es por eso que encontramos en nuestro diario
vivir, personas que son groseras, que no son pacientes, que se expresan mal,
que tienen inseguridades, que no confían en las personas.
Causas:
Expresiones como: “Usted porque es bruto”, comparaciones “el sí pudo y usted
no”, “mejor no hubiera nacido”, “usted porque es tan fea”, “usted porque no
hace las cosas bien”. Primera vez que está trapeando o cocinando y dice: “usted
no sabe hacer nada”, “usted no hace las cosas bien”. Estos tipos de comportamiento, crean personas
inseguras, crean personas que no van a sentir empatía, personas que no tendrán
paciencia, personas orgullosas, personas groseras.
Aparte
de eso los niños crecen y vienen los problemas de la vida. Falta de empleo,
problemas de salud, falta de confianza en Dios…y la llama se apagó.
¿Qué
hacemos cuando a un hijo se le apagan las ganas de vivir?, ¿Qué hacemos cuando
un amigo se le apagan las ganas de vivir?, ¿Qué hacemos cuando a un hermano se
le apagan las ganas de vivir? Hablando
espiritualmente y llegando al extremo de la vida misma.
Dice,
(1 tesalonicenses 5:11), Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos
unos a otros, así como lo hacéis.
Todos los cristianos tienen la
responsabilidad de amar a sus hijos, amar a su prójimo (Mateo 22:36-40). Tiene
la responsabilidad de animar a sus hermanos en Cristo, (1 tesalonicenses 5:11). En otras palabras,
ayudar, animar, sobre llevar las cargas y edificar. Hablando de nuestros
hermanos en Cristo, debemos tener presente que “nosotros, siendo muchos, somos
un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” (Romanos 12:5; 1
Corintios 12:14-27).
(Colosenses 4:6) “Sea vuestra palabra siempre con gracia”.
(Efesios 4:29) "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la
que sea buena para la necesaria edificación a fin de dar gracia a los
oyentes"
El cristiano debe ser conocido
por su forma de hablar. La palabra de los verdaderos cristianos es siempre con
gracia porque imitan a Cristo: "Y todos daban buen testimonio de él, y
estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca"
(Lucas 4:22).
Es un deber hablar con
palabras de aliento. “Usted puede”,” usted es un campeón”, “usted es
inteligente”, “usted es una bendición de Dios”, “usted puede salir de ese
problema”, “yo le ayudare para que salga de eso”, “usted puede hacer las cosas
mucho mejor”, “usted será un gran ejemplo”, “estoy orgulloso de usted”, “te
amo”, “sigamos perseverando”.
Además, ayuda a otro a llevar sus
cargas. Si es cierto y explica el
versículo 1. Las "cargas" son las faltas espirituales, es decir, los
pecados y sus consecuencias (la tristeza, la vergüenza, el remordimiento). Si
somos espirituales y ayudamos con paciencia al hermano que ha fallado de esa
manera sobrellevamos las cargas de otros hermanos.
Ahora podemos inferir que
podemos ayudar en cualquier aspecto de la vida, recordando que también nosotros
podemos fallar y necesitar la ayuda.
Presentado
por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo
que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.
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