MALDITO EL HOMBRE QUE CONFÍA EN EL HOMBRE

 


Preámbulo:

Antes de adentrarnos en la explicación del versículo en cuestión, es importante comprender el contexto y el trasfondo del libro de Jeremías. Jeremías fue un profeta del Antiguo Testamento que vivió en el siglo VII a.C., durante un período de gran inestabilidad política y espiritual en Israel. Fue llamado por Dios desde su juventud para transmitir mensajes de advertencia y llamados al arrepentimiento al pueblo de Israel, que se había alejado de Dios y se entregaba a la idolatría y a la injusticia.

Jeremías 17:5:

El versículo en cuestión, Jeremías 17:5, dice así: "Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que confía en el hombre, que de la carne hace su fuerza y aparta su corazón del SEÑOR."

Explicación:

En este versículo, Dios está pronunciando una advertencia y una maldición sobre aquellos que depositan su confianza en los seres humanos en lugar de confiar en Él. El profeta Jeremías está transmitiendo el mensaje divino de que aquellos que buscan apoyo y seguridad en otros seres humanos, en lugar de buscar a Dios como su fuente de fortaleza y guía, serán considerados "malditos" o desfavorecidos por Dios.

La maldición mencionada aquí no es un deseo malicioso de Dios hacia la humanidad, sino más bien una consecuencia natural de alejarse de la relación con el Creador y confiar en las limitaciones y debilidades humanas. Cuando confiamos en nuestras propias capacidades o en la ayuda de otras personas sin tener en cuenta a Dios, estamos desviando nuestro corazón de su voluntad y nos volvemos vulnerables a las dificultades y a la falta de dirección.

Este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestra confianza y dependencia. Nos recuerda que Dios es nuestro Creador y Sustentador, y solo en Él encontraremos verdadera fortaleza y seguridad. No significa que no debamos buscar ayuda o apoyo en otros, sino que nuestra confianza y nuestra base deben estar en Dios en primer lugar.

Es decir, Jeremías 17:5 no enseña que no debas confiar en ningún ser humano en absoluto. En lugar de eso, el versículo advierte contra depositar nuestra confianza exclusiva en los seres humanos y alejarnos de la dependencia en Dios.

El mensaje central de este versículo es que nuestra confianza primordial y nuestra fortaleza deben provenir de Dios. No es una declaración absoluta de desconfianza hacia los seres humanos, sino un recordatorio de que la confianza en Dios debe estar por encima de cualquier otra confianza. Dios nos ha creado con la capacidad de tener relaciones significativas y confiables con otros seres humanos, y en muchas ocasiones, podemos encontrar apoyo, sabiduría y ayuda en aquellos que nos rodean.

Sin embargo, el versículo nos insta a no depender exclusivamente de las capacidades humanas ni a desviar nuestro corazón de Dios en busca de seguridad y fortaleza. En lugar de confiar ciegamente en los seres humanos, debemos discernir y buscar la voluntad de Dios en todas las áreas de nuestras vidas y depender de Él en última instancia.

Es importante equilibrar nuestra confianza en los demás y nuestra confianza en Dios. Podemos tener relaciones saludables y confiar en las personas, reconociendo que todas las personas son imperfectas y sujetas a cometer errores. Al mismo tiempo, debemos mantener una relación sólida con Dios, buscando su guía y dirección en nuestras vidas.

 

En conclusión, Jeremías 17:5 nos insta a no depositar nuestra confianza exclusivamente en los seres humanos, sino a reconocer a Dios como nuestra fuente principal de confianza y fortaleza. Debemos discernir sabiamente y equilibrar nuestra confianza en los demás, mientras mantenemos una dependencia constante en Dios.

 

Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.

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