INDIGNACIÓN POR MERCADERÍA CON LA PALABRA DE DIOS
Mercadería: “Una mercadería es
un producto con el que se comercia o negocia”.
(Mateo 21:12, 13), “Y entró
Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en
el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían
palomas; y les dijo; Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; más
vosotros la habéis hecho cueva de ladrones".
(2 Pedro 2:3-5), 3 y por
avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya
de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Cuando nuestro Señor
Jesucristo "volcó las mesas" en el templo, se airó, pues observo que
el tipo de actividades que se llevaban a cabo en la casa de su Padre, no eran
conforme a su voluntad, esto no era el propósito del templo. Y nosotros debemos
tener la misma disposición que nos enseña nuestro Señor Jesucristo, sentir la
indignación justa contra el pecado y el error. Quiero resaltar que no es malo
sentir ira para defender la verdad, pues, sentimos indignación cuando las cosas
de nuestro Señor Jesucristo son pisoteadas.
Resaltar, que la ira por el
pecado y el error no es pecado, porqué tal enojo no es causado por el egoísmo o
por el deseo de vengarse y hacer daño al oponente, sino es con el fin de
corregir. Por otra parte, aclarar que no debemos pecar, podemos enojarnos, pero
también debemos tener cuidado de no pecar, “Airaos, pero no pequéis; no se
ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26). Este versículo bíblico, viene
del (Salmos 4:4) “Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en
vuestra cama, y callad”. “Temblad” describe el enojo. Nuestro Señor Jesucristo se
indignó, pero no peco. “El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”
(1 Pedro 2:22). En otros términos, debemos controlar el enojo, es una emoción
de nuestra naturaleza, todos podemos enojarnos, pero no debemos dejar que el
enojo se convierta en resentimiento, debemos decir lo que se debe decir, o
hacer lo que se debe hacer, y luego acabar con el enojo. “No se ponga el sol
sobre vuestro enojo” Esta frase da la idea de no mantener el enojo por mucho
tiempo.
Hoy en día hacen mercadería
por medio de los diezmos del Antiguo Testamento, los tales fueron abolidos.
Rigen leyes distintas en el Nuevo Testamento (Colosenses 2:14-15). Incluso,
encontramos venta de comidas, venta de cursos y artículos bíblicos, monetizan
por medio del internet, es decir, cobran la transmisión de una enseñanza
bíblica, se venden servicios religiosos, etc. Eso es hacer mercadería de la
palabra de Dios.
Hablando sobre la venta de los
artículos o cursos bíblicos, es triste que muchas veces se olvida el bienestar
espiritual de las personas; en cambio, ¡su propósito es adquirir dinero! Tales
individuos “toman la piedad como fuente de ganancia” (1 Timoteo 6:5).
Desafortunadamente, hay algunos que usan el “evangelio” como una manera de
llenar sus propios bolsillos.
Conforme a lo estudiado es
importante resaltar que la Escritura enseña claramente que el evangelista tiene
el derecho de ser sostenido financieramente por aquellos a quienes imparte
enseñanzas, esto es su “derecho” algo muy diferente a la mercadería. (1
Corintios 9:13-14). ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas,
comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 14 así
también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio. Lea bien: El Evangelista "vive" Del Evangelio.
Pero de donde sale el
sostenimiento ¿de la iglesia local donde enseña?, ¿de iglesias de cristo de
otras regiones o países?, ¿de vender las enseñanzas? ¿Qué dice la palabra de
Dios?
Como leímos unas líneas arriba
en (1 Corintios 9:14), claramente enseña un mandamiento, los que anuncian el
evangelio, que vivan del evangelio". ¿Pero de donde sale el salario? La
respuesta está en (2 Corintios 11:8) "recibiendo salario (de iglesias)
para serviros”. (Filipenses 4:16), lo confirma "... me enviasteis una y
otra vez para mis necesidades".
(2 Corintios 11:8) “He
despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros".
Es de resaltar que el apóstol Pablo recibió salario de otras iglesias, pero
predicaba en Corinto. ¿Cómo hacían para recolectar el dinero? El único medio
autorizado por Dios para colectar dinero en la iglesia, son las ofrendas, (1
Corintios 16:1-2), de aquí sale la ayuda para el evangelista.
En caso tal que la iglesia
local no cuente con los recursos para ayudar en el sostenimiento, igualmente no
reciba ayuda de alguna iglesia local en otra región, la palabra de Dios enseña
que el apóstol Pablo, a parte del trabajo evangelístico, tenía un oficio:
(Hechos 18:3), "como él era del mismo oficio, se quedó con ellos (Aquila y
Priscila) y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas".
"Que tengáis por vuestra
ambición el llevar una vida tranquila, y os ocupéis en vuestros propios asuntos
y trabajéis con vuestras manos, tal como os hemos mandado; a fin de que os
conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de
nada" (1 Tesalonicenses 4:11, 12).
En ninguna parte de las
Escrituras encontramos que se vendan las enseñanzas Bíblicas. (1 Pedro 4:11),
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios. (1 Corintios 4:6),
aprendan de nosotros lo que significa «no ir más allá de lo que está escrito».
Presentado
por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo
que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.
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