¿DESPUÉS DE LA MUERTE TENDREMOS CONCIENCIA Y NOS RECONOCEREMOS?
Es muy cierto que hay muchas
personas que enseñan que cuando la persona muere, todo se acaba, y que no hay
nada más allá de la muerte. Otros enseñan que se cae en un sueño profundo. Pero
la Escritura enseña todo lo contrario.
Para tratar el tema después de
la muerte es relevante hablar sobre el Hades o Seol, que vendrían hacer lo
mismo. (Hechos 2:27) donde el apóstol Pedro dijo lo siguiente: “Porque no
dejaras mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.” Esta
es una cita que el apóstol toma del (Salmo 16:10) dice: “Porque no dejaras mi
alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción.” La palabra Hades
también es conocida como “El paraíso”. Por ejemplo, Cristo le dijo al ladrón en
la cruz, “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas
23:43). El paraíso en este contexto es referencia al Hades, es decir, al Seno
de Abraham.
¿Cómo sabemos? Debemos
preguntarnos: ¿Dónde fue Cristo después que murió? La respuesta nos la da el
apóstol Pedro: “No dejaras mi alma en el Hades” (Hechos 2:27). Y (Juan 20:17)
enseña que no había subido al cielo.
Ahora, es importante entender
que el Hades se compone de dos partes: El Seno de Abraham (Paraíso), y el lugar
de tormento.
(Lucas 16:22-31) “Aconteció
que murió el mendigo, y fue llevado por los Ángeles al seno de Abraham; y murió
también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzo sus ojos, estando en
tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces dando
voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que
moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste
tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado
aquí, y tu atormentado. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes
a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a
fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo:
A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre
Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán, aunque alguno se levantare de los muertos.
La palabra “acuérdate” es
esencial comprenderla. Al morir perdemos el cuerpo físico, pero no la memoria.
Que nos enseña lo leído, todos moriremos, en el hades la persona podrá
reconocer y sentir. El rico podría recordar, sentir, y razonar en cuanto a la
situación en la cual se encontraba. Abraham le recuerda a este rico como él
tuvo bienes en su vida y Lázaro males. El rico tenía buenas intenciones para su
familia. Abraham le recuerda que su familia tiene una responsabilidad de
escuchar a Moisés y a los profetas. También nos enseña que nos podemos
reconocer, después de la muerte, reconoció a Abraham y Lázaro.
Esto quiere decir que nos
conoceremos unos a otros. Al morir perdemos el cuerpo físico, pero no perdemos
la mente. Cuando Jesús llevó a Pedro, Jacobo y Juan a un monte alto y se
transfiguró delante de ellos (Mateo 17:19), "les aparecieron Moisés y
Elías, hablando con él". Habían muerto físicamente, pero estaban vivos,
conscientes y conversaban con Jesús. (Mateo 22:32).
Nuestro Señor Jesucristo
enseñó que en el día final los seres humanos seremos responsables de nuestros
actos cometidos aquí en la tierra, ya sea para vida eterna o condenación eterna
(Mateo 25:31-46; Juan 5:28-29) lo cual sólo sería posible si mantenemos nuestra
conciencia. ¿Qué es la conciencia? Conocimiento que el ser humano tiene de su
propia existencia, de sus estados y de sus actos.
Nuestro Señor Jesucristo
también dijo: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en
tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros?” (Mateo 7:22). En este pasaje, nuestro Señor Jesucristo enseña que
los seres humanos tendremos memoria de nuestros actos aquí en la tierra, esto
con el fin de que, cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).
¿Nos reconoceremos en el
cielo? Sí. (1 Corintios 15: 35, 44, 50-58), enseña que seremos transformados,
tendremos cuerpos espirituales y gloriosos, seremos como los ángeles, no
perderemos nuestra identidad. El apóstol Pablo confiaba en reconocer a los
tesalonicenses, y en llenarse de satisfacción por su salvación eterna en aquel
gran día (1 Tesalonicenses 4:13-18).
(Lucas 16:22-31) Si después de
la muerte se tiene conciencia y pueden verse unos con otros en el Hades y
comunicarse entre sí, ¿no hay tormento para los que están en el paraíso al ver
a los otros sufrir? El texto enseña que Lázaro estaba siendo consolado. ¿Qué es
consolación? “Aliviar la pena o aflicción”.
Viviendo aquí en la tierra, es
cierto que es triste cuando un conocido muere sin obedecer el Evangelio, pero
esto no quiere decir que vivamos atormentados, es algo que se asimila. Aquí en
la tierra encontramos consuelo, en el Señor y en nuestros hermanos en Cristo.
(Eclesiastés 9:5-6), enseña que los muertos no saben nada de lo que está
pasando debajo del sol, es decir, no sufrirán por los acontecimientos que pasen
después que partió de este mundo, no sabrá nada de su familia, amigos etc. Pero
es importante resaltar qué su memoria vive, (Lucas16:25), (acuérdate), pero no
están conscientes de lo que está pasando en la tierra ahora. De una u otra
forma nuestro Dios nos promete, que los sufrimientos que tuvimos en la vida
física terminaran, (Apocalipsis 21:4), dice: “Enjugará Dios toda lagrima de los
ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron.”
CONCLUSIÓN
Todos tenemos la esperanza de
conocer personalmente a nuestros hermanos de diferentes partes del mundo, y si
no lo podemos hacer en este mundo, lo haremos después de la muerte, ya que es
una verdad bíblica y una maravillosa esperanza para los cristianos el saber que
el pueblo de Dios se reconocerá después de la muerte. (Lucas 16:25;1
Tesalonicenses 4:13-18), enseña que reconoceremos a nuestros hermanos,
conoceremos al apóstol Pablo, Timoteo, Apolos etc. Sigamos perseverando para
alcanzar la vida eterna.
PRESENTADO
POR JOSE FERNANDO PAVA ROMERO MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO EN
BARRANCABERMEJA
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