NO SER PARTICIPE DEL PECADO AJENO
El apóstol Pablo le escribe a
Timoteo de la siguiente manera: “No impongas con ligereza las manos a ninguno,
ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro” (1 Timoteo 5:22).
¿Qué significa participar en
los pecados ajenos? “Que tiene parte en algo, o entra con otras a la parte en
la distribución de ello, compartir las ideas, ventajas, etc.”.
Participar en los pecados
ajenos significa sufrir las consecuencias de los pecados que uno no cometió, o
también ser condenado por los pecados de otros. “Y oí otra voz del cielo, que
decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados,
ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4). Mi hermano, salir de
"Babilonia" es dada al pueblo de Dios de toda época.
FORMAS
DE PARTICIPAR EN EL PECADO AJENO
Una forma de participar de los
pecados ajenos es por medio de la comunión o compañerismo con los que practican
el error.
Por ejemplo:
(Gálatas 2:9). “Y reconociendo
la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados
como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo,
para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”. No es un
simple saludo, los apóstoles le dieron a Pablo y a Bernabé la diestra en señal
de compañerismo, de aprobación. Hoy en día puede ser presentación en el local
de reunión, compartir sus enseñanzas, estrechar su mano.
En este caso, se trata de un
apoyo moral, de un reconocimiento como personas dignas y que estaban
obedeciendo a Dios. En este caso la señal de compañerismo lleva a una
participación de lo bueno, pero es muy claro que también puede tratarse de
compañerismo en hacer lo malo en cuyo caso la participación es en el pecado
ajeno por medio del apoyo.
Se puede participar de los
pecados ajenos por medio del compañerismo con el que no anda conforme a la
doctrina de Cristo. (1 Corintios 5:9-11) “Os he escrito por carta, que no os
juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este
mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso
os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con
ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o
maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”.
(Gálatas 2:11-13), “Pero
cuando Pedro vino a Antioquia, le resistí cara a cara, porque era de condenar.
Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles;
pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los
de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos,
de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de
ellos”
Otra manera de participar en
los pecados ajenos es mediante guardar silencio cuando se conoce el pecado. “Y
no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien
reprendedlas” (Efesios 5:11). El silencio ante el mal en sí mismo es mal, Dios
no nos tendrá por inocentes.
Es muy común escuchar: “El
hermano verá” o “Ellos son los que van a pagar por eso” “Ellos conocen la
verdad”, “Dios es quien juzga”, “Dios es quien conoce el corazón”. Con esas
palabras muchos cristianos quieren dar a entender que ellos no tienen nada que
ver en el comportamiento (pecado) de esa persona y que por lo tanto ellos no
tienen la culpa de tal pecado. La Escritura es contundente ante ese tipo de
pensamiento y enseña que el cristiano si puede ser encontrado culpable por
causa de los pecados de otra persona. Cuando una persona que se dice cristiano
comete faltas contra la doctrina de Cristo, debe ser disciplinada, y no dar
palmitas en la espalda y creer que todo está bien.
Es muy claro. Si la iglesia
local o un cristiano en particular hacen caso omiso de este mandamiento,
disciplinar, se hace culpable de participar de los pecados ajenos. “Si alguno
viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le
digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas
obras” (2 Juan 10-11). Como cristianos fieles no podemos tolerar la doctrina
falsa, maestros falsos y a hermanos que no andan conforme a la voluntad de
Dios. Amar la verdad demanda que se rechace el error.
Es decir, las malas obras no
son solamente el no traer la doctrina pura de Cristo, sino también en no
practicar (Conducta) la doctrina de Cristo. Es decir, si se establece una
bienvenida con el conocimiento del pecado en que se encuentra la otra persona,
sea doctrinal o sea de comportamiento, se establece una participación en sus
malas obras. Algunos que aparentemente aman la verdad parecen haber permitido
que el corazón los engañe, pues no parece que rechacen lo que es malo.
PASAJES
BIBLICOS SOBRE NO PARTICIPAR DE LOS PECADOS AJENOS
(1 Samuel 3:12-13) En ese día cumpliré contra Elí todo lo que
he hablado sobre su casa, desde el principio hasta el fin.13 Porque le he hecho
saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre a causa de la iniquidad
que él conocía, pues sus hijos trajeron sobre sí una maldición, y él no los
reprendió.
(Hechos 5:1-2,9) Pero cierto hombre llamado Ananías, con
Safira su mujer, vendió una heredad,2 y sustrajo del precio, sabiéndolo también
su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.9 Y
Pedro le dijo:
¿Por qué convinisteis en
tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han
sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
(Hechos 8:11) Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día
hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos
fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
(Hechos 22:19-20) Yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en
todas las sinagogas a los que creían en ti;20 y cuando se derramaba la sangre
de Esteban tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su
muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
Romanos 1:32, quienes habiendo entendido el juicio de Dios,
que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino
que también se complacen con los que las practican.
¿CÓMO PODEMOS SER
PARTICIPANTES CON LOS QUE PRACTICAN EL PECADO?
1. Practicando el pecado nosotros mismos (1 Juan 3:4).
2. No corregir (Tito 3:10).
3. Al conocer el error y no decir nada. (1 Samuel 3:12-13; Efesios
5:7).
4. Haciendo caso a lo que ellos nos dicen (Proverbios 1:10).
5. Aprobando lo que ellos hacen (Romanos 1:32).
6. Al darle la bienvenida (2 Juan 1:10).
7. Al promover sus enseñanzas. (Gálatas 1:6-9).
8. Al comulgar con ellos (Compartir con otra persona las mismas
ideas, sentimientos, opiniones, etc.) (2 Juan 1:10).
Por lo tanto, alejémonos del
pecado si es que en realidad queremos la salvación.
PARA
NO SER PARTICIPANTES DEL PECADO DE ELLOS DEBEMOS DE HACER
1. 1 Timoteo 6:11; 2 Timoteo 2:22 “Huir de las cosas malas y
seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.”
(Otro evangelio, los que aman el dinero y tienen la fe como fuente de ganancia
v10)
2. 2 Timoteo 2:19 “Debemos de apartarnos de la iniquidad”
(iniquidad: Injusticia, ilegalidad, infamia, maldad, inmoralidad)
3. Tito 3:10 “Debemos de apartarnos de ellos”
(Divisionista, se apega a su opinión como si fuera asunto de la fe del Nuevo
Testamento, olvidando 1 Pedro 4:11; 1 Corintios 4:6).
4. 1 Timoteo 5:22 “No participar en pecados ajenos”
(Cuidado al escoger, aprobar, y encomendar).
5. 1 Timoteo 5:22; Santiago 1:27 “Debemos de
conservarnos puros, y sin mancha” (Muy claro, poner por obra lo que la palabra
de Dios nos dice).
6. Romanos 16:17, Y os ruego, hermanos, que vigiléis a
los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros
aprendisteis, y que os apartéis de ellos. (Hermanos que causan divisiones en el
cuerpo de Cristo, que son tropiezo a otros (en fe o en práctica) tenemos que
quitarles nuestra comunión, no podemos tener comunión con ningún pecado (error)
(2 Juan 1:9-11), Tito 3:10 Al hombre que cause divisiones, después de una y
otra amonestación deséchalo).
¿PROPÓSITO POR EL QUE DEBE SER
DESECHADO? El propósito es para que la persona aprenda a no volver a hacer el
mal, sienta vergüenza de haber sido apartado de la comunión de los santos y
corrija su camino.
Es muy claro, Dios es tan
justo, que, si somos participantes del pecado con ellos, también lo seremos con
el castigo que reciban. Así que el pecado, por el que la persona va a ser
condenado es el de no actuar conforme a lo ordenado por las escrituras frente
al pecado de otro. No reprender es ser participe. No desecharlo después de una
y otra amonestación es pecado. “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le
es pecado” (Santiago 4:17).
Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro
y predicador de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.
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