EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO SEREMOS TRANSFORMADOS Y NOS CONOCEREMOS

 



El apóstol Juan enseña, Juan 2:19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

Pero según 1 Corintios 15:50, Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible.  Si Jesús tiene cuerpo todavía, ¿Cómo explicamos que no hay carne y sangre en el cielo? 

El texto que nos ayuda a comprender se encuentra en su contexto, 1 Corintios 15:42-44 En la resurrección de los muertos, un cuerpo fue sembrado con una naturaleza cuando murió; el mismo cuerpo será resucitado con otra naturaleza.

"Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción". Esto es exactamente lo que sucedió en el caso de Jesús. Su cuerpo mortal, el cuerpo de Jesús era mortal y corruptible como todo ser humano, fue cambiado en cuerpo inmortal, incorruptible en la resurrección. "Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual", pero es el mismo cuerpo transformado de lo animal a lo espiritual por el poder de Dios.  Es de resaltar que el texto no dice que el cuerpo fue resucitado en espíritu, lo que quiere decir es que siempre es un cuerpo, pero ya no es un cuerpo "animal" de carne y sangre sino un cuerpo espiritual.

1 Corintios 15:50 50 Les digo, hermanos míos, que ningún cuerpo de carne y hueso podrá entrar en el reino de Dios. Este cuerpo corruptible no puede heredar lo que es incorruptible. 51 Les voy a revelar ahora un secreto: No todos moriremos, pero todos seremos transformados. 52 Ocurrirá en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final. Cuando esa trompeta suene, los que hayan muerto resucitarán con cuerpos nuevos que jamás morirán; y los que estemos vivos seremos transformados. 53 Porque es imprescindible que este cuerpo corruptible se convierta en un cuerpo incorruptible, y que lo mortal sea inmortal. 54 Cuando así suceda, se cumplirá la siguiente profecía: «Ha sido devorada la muerte por la victoria».

¿Y cuándo será? Sucederá en el Día Final, cuando venga Cristo la segunda vez, Hebreos 9:28. En la resurrección de los muertos en el Día Final, ya no habrá más muerte porque los vivos ya habrán sido cambiados a la inmortalidad y los muertos en Cristo ya habrán sido levantados de los muertos y también transformados.

Normalmente se utiliza Eclesiastés 9:5-10, para demostrar que no se tiene conciencia después de la muerte, el texto dice: "Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido". Dice el v. 10, "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría". 

Ahora la expresión "nada saben" no significa que están inconscientes. Compárese Job 8:9, aun los vivos "nada sabemos". ¿Estamos incon­scientes? Lo que quiere decir, Eclesiastés 9:5-10, es que no saben nada de lo que está pasando “debajo del sol” pero su memoria vive.

En Lucas 16:25, aparece una palabra que nos ayuda a comprender, que después de la muerte se tienen conciencia, dice, acuérdatepero no están conscientes de lo que está pasando en la tierra ahora.

Será el mismo cuerpo, pero transformado y nos conoceremos. 

Entonces ¿nos conoceremos en el cielo? Si, por ejemplo, Mateo 17:3, el mismo Moisés, el mismo Elías; Mateo 22:32, Yo soy Dios de Abraham, Isaac, Jacob, Dios de vivos. Seremos como los ángeles, Mateo 22:30, pero las mismas personas. Lucas 13:28, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Que nos enseña: Los reconoceremos y al reconocer, tenemos memoria, recuerdos, es decir, nos conoceremos en el cielo.

Cuando Pablo escribe a los cristianos que lloran la pérdida de un ser querido, hermano en la fe, les ofrece este consuelo: "Nosotros, que aún estamos vivos, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire" 1 Tesalonicenses 4:17."Ellos" se refiere a los seres queridos cristianos que ahora están en el paraíso, con los que muy pronto se reunirían. Nuevamente nos da la certeza que nos reconoceremos.

Apocalipsis 6:9-11, Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, ¿Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. ¡Estaban conscientes! La muerte del cuerpo no es el fin de la existencia de uno, porque el hombre es más que cuerpo y respiración. Este pasaje es un golpe de muerte a la doctrina del materialismo de que el alma "duerme" y por eso no siente ni sabe nada

 

 

Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.

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