DAR SIN ESPERAR RECIBIR ALGO A CAMBIO

 


La Escritura nos habla sobre la generosidad y la importancia de compartir las bendiciones que Dios nos provee, es decir, compartir nuestras bendiciones con el que padece necesidad. La persona que es generosa, nunca espera recibir algo a cambio, entiende que es más bienaventurado el dar que recibir, Hechos 20:35. Ese es el tipo de corazón que Dios quiere que tengamos, ese que sabe hacer lo bueno y no duda en hacerlo, un corazón generoso que refleje el suyo. Así que sean imitadores de Dios, pues ustedes son sus hijos, Efesios 5:1.

Mateo 25:34-40, Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.

Mi amado hermano(a) usted es enriquecido porqué al desprenderse de sí mismo y compartir con los demás, entiende lo que es el verdadero amor y Dios le recompensara por ese sacrificio personal que usted realiza, entiende lo que enseña Tito 2:14, “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras… 3:1, que estén dispuestos a toda buena obra … 3:8, que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras...3:14 Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto”.

Se que usted querido hermano (a) ayuda de corazón, pero quiero recordarle que su ayuda no será olvidada por Dios, Proverbios 19.17, A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. 

Entiende que el acumular riquezas aquí en la tierra de nada sirve. Al compartir con en el que necesita, con el que trabaja la obra, en lugar de acumular, practica la palabra de Dios, además está confiando plenamente en Dios y en que Él podrá proveer también para sus necesidades futuras, es decir, así como siembra, va a recoger.

Al compartir las bendiciones que Dios nos provee con otras personas, está practicando el amor. Recordemos lo que dice, la primera carta de Juan, pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él18 hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.

Al usted querido hermano (a) ayudar, el amor de Dios está en su vida, comprende que el amor se expresa y es algo que se demuestra con hechos y en verdad.  Al compartir las bendiciones de Dios con otras personas, ellos disfrutan de las bondades de Dios, eso resulta en acciones de gracias a Nuestro Padre Celestial.

Un mensaje para los que pueden ayudar.

1 Timoteo 6:17, 18, “17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos”.

 

Presentado por José Fernando Pava Romero, es miembro y predicador de la iglesia de Cristo que se reúne en Barrancabermeja, Colombia.

 

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