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La Escritura enseña que el hecho de ser cristianos fieles no nos libera de tener que enfrentar problemas y dificultades. Nuestro Señor Jesús dijo que en el mundo tendríamos aflicción (Juan 16:33).

En algĆŗn momento nos llegan tiempos difĆ­ciles e inciertos. ¡Es parte de la vida! ¿CuĆ”l es nuestra respuesta ante ellos? ¿Seguimos confiando en nuestro Dios o nos dejamos llevar por la tristeza, la ansiedad y la desesperación?

La realidad es que Dios enseƱa por medio de su palabra que llegaran tiempos que no nos gustaran vivir, es decir,  “siempre habrĆ”n tiempos difĆ­ciles”. TambiĆ©n nos enseƱa que habrĆ”n tiempos de  “alegrĆ­a”.  Como dice su palabra hay tiempo para todo. 

Tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo para llorar, tiempo para reĆ­r,  tiempo para estar de luto, tiempo para saltar de gusto, tiempo para guardar, tiempo para desechar (EclesiastĆ©s 3:1-8).

Vivir en este mundo significa que algunas o muchas veces atravesamos tormentas y muy fuertes (Juan 16:33).

José y el apóstol Pablo enseñan que habrÔn tiempos de abundancia y escases (Génesis 41; Filipenses 4:12).

Nuestro SeƱor por medio de su palabra enseƱa que habrƔn tiempos de guerra y tiempos de paz (EclesiastƩs 3:8).

La Escritura enseƱa que podremos enfermarnos. Epafrodito enfermo, a punto de morir (Filipenses 2:27). Timoteo, enfermo del estómago (1 Timoteo 5:23). El mismo apóstol Pablo, tenĆ­a un aguijón en la carne (2 Corintios 12:7). TambiĆ©n la palabra de Dios enseƱa que podemos ser sanados por su misericordia (Filipenses 2:27).

La Biblia enseƱa que la muerte es una realidad (Hebreos 9:27).

En la Escritura leemos una hermosa lección de una persona que construyó su casa sobre la roca (Mateo 7:24-27). Al leer encontramos dos tipos de personas, el prudente y el insensato. Vinieron ríos y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra las dos casas, esto indica fuertes pruebas para todo tipo de persona.

Todos en algún momento de la vida somos azotados y sacudidos por contratiempos, problemas, dificultades, aflicciones, tribulaciones de toda clase a pesar de que la casa estaba sobre la roca, (esta roca simboliza a Cristo). La Escritura enseña que la lluvia vino y que el viento sopló sobre la casa que estÔ en Cristo, es decir, nuestra fidelidad a Dios no nos libera de problemas.

Cuando atravesamos circunstancias difĆ­ciles en nuestra vida, nos hemos preguntado, ¿Por quĆ© me pasa esto a mĆ­?  ¿por quĆ© Dios lo permite? AquĆ­ es donde debemos ser sinceros y analizar como llevamos nuestra forma de vida, porquĆ© cada uno cosecha lo que siembra.(GĆ”latas 6:7). Y Dios al que ama, corrige (Hebreos 12:7). TambiĆ©n hay circunstancias en la vida que no comprenderemos porque suceden, ¿Por quĆ© permitió Dios que Esteban fuera apedreado y Jacobo degollado y el apóstol Juan no?   (Deuteronomio 29:29).

Es en esos momentos de aflicción es donde debemos recordar que nuestro Dios no enseƱa en su palabra que no vamos a sufrir mientras estemos en este mundo, ¿Por que quejarnos? Dios, si nos promete que no nos dejarĆ” sufrir mĆ”s de lo que podamos soportar (1 Corintios 10:13 DHH)

Lo que sĆ­ es una realidad es que el sufrimiento resulta en bendición, produce paciencia, nos hace reconocer la necesidad de Dios, nos hace anhelar el cielo  (Romanos 5:3-5; 2 Corintios 12:10;Hebreos 11:10, 16).

Es cierto que el futuro siempre estĆ” lleno de incertidumbre, pero no necesitamos afanarnos. La preocupación quiere que se lamente del ayer y le gustarĆ­a que tema el maƱana, pero Dios solamente le pide que sea fiel a Ɖl, y nunca pierda su confianza.

Recuerde: "Dios cuida de nosotros" (Proverbios 30:5; 2 Corintios 1:8-11; Salmos 23).¿Como lo hace?  por medio de circunstancias favorables, (1 Samuel 23:24-29). Nos da gracia con las personas (Hechos. 27:3). Nos ayuda por medio de personas justas (2 Corintios 7:6). Es decir, nos ayuda cuando menos lo esperamos y por medio de quien menos esperamos, tambiĆ©n debemos reconocer que en muchos casos su respuesta serĆ”, bĆ”state mi gracia, (2 Corintios 12:9). Igual, no dudemos que Ɖl nos oye (1 Juan 3:22; 5:14); pero siempre digamos "hĆ”gase tu voluntad y no la mĆ­a" (2 Corintios 12:9).

Conclusión

Los que ponen en prĆ”ctica las enseƱanzas de JesĆŗs aguantan y soportan todas las pruebas de la vida. (Santiago 5:13) ¿EstĆ” afligido alguno entre ustedes? Que haga oración. ¿EstĆ” alguno de buen Ć”nimo? Que cante alabanzas. Dios promete un lugar donde no habrĆ” muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor (Apocalipsis 21). Los cristianos debemos ser personas de fe y confianza. No dudemos de Dios.

 

PRESENTADO POR JOSE FERNANDO PAVA ROMERO

MIEMBRO DE LA IGLESIA DE CRISTO QUE SE REÚNE EN BARRANCABERMEJA.

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