𝐀𝐂𝐓𝐔́𝐀
Hace muchos años, cuando un médico
trabajaba como voluntario de un hospital, conoció a una
niña llamada Rebeca, esta niña sufría de una enfermedad que no tenía cura,
la única oportunidad que tenía para poder recuperarse era recibiendo una
transfusión de sangre de su hermanito Jaime de 5 años, quien había sobrevivido
a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para
combatirla.
Entonces el médico, con toda
la paciencia, explicó la situación al hermanito de Rebeca y le preguntó si
estaría dispuesto a darle de su sangre. El medico vio un poco nervioso por
un momento al pequeño antes de tomar un gran suspiro y responder: “sí, le
voy a dar mi sangre para que ella viva”.
Mientras la transfusión se
llevaba a cabo, Jaime estaba acostado en una cama al lado de la cama de su
hermana, se le veía muy sonriente mientras los médicos y enfermeros le asistían
y veían como regresaba el color a las mejillas de la niña; de pronto el pequeño
se empezó a poner pálido y su sonrisa fue desapareciendo, parecía que estaba
muy asustado.
El niño mira al doctor y le
preguntó con gran inocencia y voz temblorosa: “¿a qué hora empezaré a
morir?”.
El niño no había comprendido
la explicación del doctor, y entonces pensaba que debía dar toda su sangre a su
hermana Rebeca para que ella pudiera vivir. El niño había creído que él moriría
al dar su sangre y aún así había aceptado hacerlo.
“Entonces los justos le
contestarán: Señor, ¿Cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y
te dimos de beber?, ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te
vestimos?, ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y entonces
el Rey les dirá: “Les aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos,
mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mateo 25:31-45).
EL AMOR
- Es
el mandamiento más grande (Mateo 22:36-40).
- Mayor que los dones espirituales, la fe y la
esperanza (1 Corintios 13).
- Es
la guía del verdadero discipulado (Juan 13:35).
- Es
la base de la sana doctrina (1 Timoteo 1:3-5).
- Enseña
la naturaleza de Dios (1 Juan 4:7-8).
SEÑALES DEL AMOR
El apóstol Pablo describió de
manera hermosa el amor en (1 Corintios 13:4-7).
- El amor es sufrido o paciente. Describe el amor, lo que el amor hace y lo que no hace. La persona
que práctica el amor todo lo puede sufrir o soportar en el tiempo de la
aflicción, es paciente, espera la respuesta de Dios.
- El amor es benigno, amable. La
persona bondadosa, ayuda a otra persona, pone su vida al servicio de los
demás, ofrece la otra mejilla, no es vengativo.
- El amor no es envidioso o celoso. En el sentido negativo de envidiar, o tener celos
a otra persona porque la otra tiene algo que ésta desea y no lo tiene.
Debemos alegrarnos cuando nuestro projimo le va bien.
- El amor no es jactancioso, orgulloso o arrogante. No aparenta, no se vanagloria, es
humilde, sencillo. Sabe pedir disculpas, acepta las correcciones, pide
ayuda cuando lo necesita, reconoce y agradece a las personas que lo
ayudaron en el desarrollo de sus capacidades.
ROMANOS
13:8-10
8 No
debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama a su
prójimo, ha cumplido la ley. 9 Porque esto: No
cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no codiciarás, y cualquier otro
mandamiento, en estas palabras se resume: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. 10 El amor no hace mal al
prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.
Dios enseña una y otra vez a
su pueblo que se amen mutuamente, es decir, que ocurra de manera recíproca (Juan 13:34-35; 15:12,17;
Romanos 12:10; 1 Pedro 1:22; 1 Juan 4:7, etc.). El amor es fundamental, es
el cumplimiento de la ley, y el apóstol Juan enseña que el amor demanda acción,
no simplemente palabras.
(1 Juan 3:16), 16 En
esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también
nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. El amor enseña
autosacrificio por el bien de otros.
(Juan15:12-13; Filipenses 2:30).
(1 Juan 3:17-19) 17 Pero
el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra
contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos
míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19 Y
en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones
delante de él.
El amor nos enseña ayudar. Si uno, teniendo los bienes necesarios para ayudar a
su hermano necesitado, no se sacrifica por él, prueba con sus acciones que ¡no
ama a Dios! Debemos ayudar en cuanto tengamos oportunidad.
EL
EJEMPLO DEL SAMARITANO
Al samaritano se le alaba no
por sus sentimientos, de los que se nos dice muy poco, sino por su actitud (Lucas
10:25-37). Aquí también se aplica lo enseñado por nuestro Señor Jesús: “Por
sus frutos los conoceréis”. El amor se conoce por sus frutos, por las obras que
inspira, por las actitudes que promueve.
EL
EJEMPLO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Cuando habla del amor, no se
refiere a un mero sentimiento vago e indefinido hacia toda la humanidad, sino
de una actitud concreta hacia las personas, ama a las personas que le
necesitan, es decir, aun cuando no son
merecedores de su amor, dio su vida por nosotros.
ES
NECESARIO DEMOSTRAR, QUE TENEMOS EL AMOR DE DIOS EN EL CORAZÓN.
(2 Corintios 8:24), “Mostrad,
pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y
de nuestro gloriarnos respecto de vosotros”. (1 Juan 3:17, 18), “Pero el
que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra
contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos
míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”. (1
Juan 4:20, 21), “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es
mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a
Dios a quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos
este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano”.
Dios, conoce nuestros pensamientos, propósitos,
motivos, intenciones. Sabe todos los secretos de nuestro corazón y conoce las excusas
que hacemos. Por eso, Él sabe si tenemos el amor de Dios en el corazón.
¿Cómo es nuestra conducta hacia los
que amamos? ¿Queremos ayudarles, ayudamos, corregimos, animamos? Debemos
probar el amor, dar evidencia del amor. Que no sea “de palabra ni de lengua,
sino de hecho y en verdad”.
(Santiago 2:15-18) 15 Y
si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento
de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id
en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para
el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe,
si no tiene obras, es muerta en sí misma.
BIBLIOGRAFÍA
Historia
del niño y su hermana. Reflexionesymotivacion.com
PRESENTADO
POR JOSÉ FERNANDO PAVA ROMERO
MIEMBRO
DE LA IGLESIA DE CRISTO EN BARRANCABERMEJA
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